Inicios del pádel

desde su nacimiento en México, sus inicios en la "jet-set" Española y argentina
y su rápida difusión por américa y europa

El príncipe Alfonso de Hohenlohe a la izquierda
Enrique Corcuera a la derecha

Primera pista de pádel construida por Enrique Corcuera

En el año 1974 el Príncipe D. Alfonso de Hohenlohe-Lagenburg (Madrid, 28 de mayo de 1924 – Marbella , 21 de diciembre de 2003), siendo un Noble, además de Promotor Inmobiliario germano-español, promotor de numerosos complejos turísticos en la Costa del Sol y fundador del Marbella Club, viaja a México invitado por su amigo Enrique Corcuera.

En su estancia se interesa por la práctica de un nuevo deporte que recientemente había creado su amigo, incorporando a un frontón otra pared opuesta de unos 3 metros de altura, colocando una red en el medio y cerrando los costados de dicha pista con una malla metálica. Se jugaba con paletas de madera y recibía el nombre de Paddle-Tenis.

Su entusiasmo por esta nueva modalidad deportiva no se hizo esperar, ya que, Alfonso Hohenlohe, a su regreso a España, y tras estudiar y perfeccionar algunos detalles de la pista y reglas de juego, construye las dos primeras canchas de España en el Marbella Club. Así comenzó a promocionar el Padel entre sus amigos de la Jet-Set, quienes enseguida se aficionaron.

El éxito que obtuvo en poco tiempo este deporte atrajo a figuras destacadas del tenis como Manolo Santana, que comenzó a organizar torneos y propagar el Padel en toda la Costa del Sol, donde varios clubes empezaron a construir sus propias pistas.

En 1975, un gran amigo de Alfonso de Hohenlohe, y asiduo visitante de Marbella, el millonario argentino Julio Menditeguy es testigo del éxito del Padel, y decide importar el deporte a Argentina, donde en pocos años obtuvo un auge sin precedentes convirtiéndose hoy en día en el segundo deporte más practicado en este país, con más de 2 millones de jugadores y 10.000 pistas construidas en todo el territorio. En los últimos años el Padel se ha extendido a otros países como Brasil, Uruguay, Chile, Paraguay, etc. con numerosos aficionados. Esta influencia ha llegado también a América del Norte donde ya se pueden contar aficionados entre los estadounidenses y canadienses.

En España, el Padel comienza a expandirse a las grandes ciudades y clubes deportivos de Madrid, Barcelona, Andalucía, Galicia y País Vasco. Se crea la infraestructura necesaria para la práctica de este deporte por todo el país y de organizar el Circuito Nacional de Torneos que se desarrollará en los clubes más prestigiosos del país.